Día de la Familia Pilarista

FAMILIA
“DIVINO TESORO”

 

Para el Colegio de Nuestra Señora del Pilar Chapinero, la familia constituye el mayor y más grande regalo que Dios nos ha dado;  fue, es y será ese vínculo que por siempre nos unirá en Amor Fraterno.

Con defectos y virtudes, con desacuerdos y alegrías, con fracasos y con éxitos, con todo lo bueno y con todo lo que podemos mejorar, la Familia no es “algo”, la Familia lo es TODO.

El Papa Francisco nos dice: “la Familia es la fuente de toda fraternidad y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”, “ la Familia es la piedra angular de todo el edificio social”, y con toda la razón debemos entender que estamos todos llamados a hacer que cada una de nuestras familias se conviertan en “Verdaderos Santuarios de la Vida y del Amor”, a transmitirle a la Sociedad todos esos valores que tanto le hacen falta:  Honestidad, Responsabilidad, Tolerancia, Respeto, Puntualidad, Solidaridad; es en casa, en donde cultivándolos podemos aportar ese granito de arena que puede mejorar el presente y el futuro, podemos hacer que nuestros hijos quieran su país, su ciudad, su vecindario, su Familia, donde en la comprensión y el verdadero amor les podemos ayudar a entender,  a comprender,  que hay cosas pasajeras, que hay amores efímeros, que hay situaciones que no salen como lo pensamos, que hay resultados inesperados, que no todos piensan y actúan como nosotros, que no debemos poner nuestra tranquilidad y felicidad en manos de otras personas o cosas que hoy están y mañana quién sabe. Nuestros hijos deben aprender, con el ejemplo de Padres y Madres, a darle gracias a Dios por tener una Familia, por tener esa gran bendición de contar con la presencia física más cercana a ese amor Divino, pues debemos enseñar a nuestros hijos que nos duele cuando pelean entre hermanos, que no tenemos preferidos, que los amamos y aceptamos por igual y que por eso no deberíamos pelearnos con los demás porque a Dios también le debe doler que sus hijos no se entiendan entre sí, no deberíamos olvidar que todos somos hermanos en Cristo Jesús, hijos de un mismo Padre, que nos ama tal cual como somos y que no se alegra con nuestras desgracias y sufrimientos, que por el contrario siempre está allí para levantarnos y darnos nuevas oportunidades cada día.

Este amor a Dios, también es en la Familia donde se enseña, no es en el Colegio, es en casa,  y se transmite en el buen trato a los demás.

Es grande el regalo, el “Divino Tesoro” que se nos ha confiado, pero también es grande nuestro compromiso de aportarle a la sociedad lo mejor que se cultiva en casa.

Todos y cada uno de nuestros días, demos gracias a Dios y pidamos que bendiga a nuestros hijos, pues, a nosotros ya nos bendijo con su presencia.

Finalmente reflexionemos en lo que dice José Saramago: “Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien… ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿perder? ¿cómo? ¿no es nuestro?, fue apenas un préstamo… el más preciado y maravilloso préstamo ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias familias”.

 

Acompañemos permanentemente a nuestros hijos, pues mucho de lo que les sucede en la actualidad es producto de la soledad, la búsqueda del afecto en otros, la vanalidad o el materialismo a los que desafortunadamente, a veces los acostumbramos cuando les cambiamos “cosas” por el “tiempo que no les damos”, al facilismo que suple la falta de esfuerzo personal, a tener siempre la excusa para la irresponsabilidad en el cumplimiento de los deberes, etc.  Una palabra, una mirada, un abrazo de papá o de mamá, son lo más valioso que les podemos dar, no les neguemos lo que por derecha les pertenece Nuestro Amor, pues si Dios nos permitió ser Padres y Madres es porque confío en nosotros, porque seguro está en que somos las personas precisas para esos hijos a quienes debemos amar con todas las fuerzas del corazón.  La corrección de Papá y Mamá, hecha con amor y firmeza nunca será entendida como Castigo, serán lecciones de vida, no temamos hablar con nuestros hijos, no demos la oportunidad para que otros se conviertan en los que afectan y muchas veces dirigen el destino, la felicidad o el sufrimiento de nuestros “Divinos Tesoros”.

 

Judy Marysol Sánchez A.
Coordinadora de Convivencia Bachillerato

 

 

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